CORAZON DESORDENADO
En el blog de Volver a Empezar, queremos invitarte a reflexionar sobre un tema crucial en nuestra vida espiritual: el corazón desordenado. A menudo, nuestras emociones y deseos nos conducen por caminos que nos alejan de Dios y de su propósito para nosotros. Este desorden en el corazón nos lleva a sentirnos perdidos, confundidos y cargados de preocupaciones que solo el Señor puede ordenar. Hoy, queremos explorar cómo, a través de la Palabra de Dios, podemos encontrar paz y dirección para un corazón alineado con su voluntad.
Corazón desordenado
El corazón humano es complejo, a menudo se deja llevar por emociones, deseos y preocupaciones que lo pueden desordenar. Un corazón desordenado puede alejarnos del propósito que Dios tiene para nuestras vidas. A lo largo de las Escrituras, Dios nos habla sobre la importancia de ordenar nuestro corazón, de confiar en Él y de dejar que su paz reine en nosotros.
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9).
La Biblia enseña que el corazón del hombre puede ser traicionero y vulnerable a la corrupción. Cuando nos alejamos de Dios y de su Palabra, el corazón se llena de confusión y desorden. Las emociones desbordadas, el orgullo y los deseos egoístas crean caos en nuestra vida. Pero Dios, en su infinita misericordia, nos llama a volver a Él para que nuestro corazón sea transformado.
Proverbios 4:23 nos recuerda: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida". Este versículo nos invita a proteger nuestro corazón de aquello que lo desordena, permitiendo que sea guiado por la sabiduría divina.
Jesús también nos ofrece descanso y orden para nuestras almas cuando nos invita a entregar nuestras cargas: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28). Cuando entregamos nuestras preocupaciones a Dios, Él pone en orden nuestras prioridades y emociones.
Por ultimo recuerda que Dios es el único capaz de ordenar nuestro corazón desordenado. A través de su Palabra y la oración, podemos encontrar paz y dirección. Un corazón que sigue a Dios, que guarda sus mandamientos y confía en su amor, es un corazón en orden. Que podamos buscar cada día la transformación de nuestro interior para vivir conforme a su propósito.
"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4:7).
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